
Pero la Comisión Provincial dejó de reunirse a finales de 1887, lo que, sumado a que las obras no estaban acabadas, hizo que la Bicha quedara olvidada y dejada a la intemperie junto al edificio, hasta que en algún momento después de la inauguración fue introducida en el vestíbulo. Allí permaneció olvidada, cubierta por una esterilla y utilizada de asiento por la gente que pasaba por allí.
Jesús Manuel de la Cruz Martín, La bicha de Balazote y el más allá de los iberos, Alicante, Balazote Libros, 2023, páginas 38-39.
Es conocido cómo en el mundo griego se creía que los cuerpos insepultos y sin una ceremonia adecuada quedaban convertidos en fantasmas, condenados a vagar entre los mundos. En algunas necrópolis ibéricas se han encontrado cenotafios, es decir, enterramientos sin cuerpo, un signo de que entre los iberos es posible que existieran creencias similares.
Jesús Manuel de la Cruz Martín, La bicha de Balazote y el más allá de los iberos, Alicante, Balazote Libros, 2023, página 123.