[…] y en cuanto a las matemáticas, su padre era incapaz de sumar dos quintos y un medio aunque se lo mandaran frente a un pelotón de fusilamiento. Por eso tenía un contable. ¡Menudo tipo! Tenía un título universitario y trabajaba para un idiota como su viejo.
Stephen King, El misterio de Salem’s Lot en la traducción de Marta I. Gustavino, Barcelona, Debolsillo (Best Seller, 102/6), 2018, primera parte, tres, 2, página 65.
[…] habían estado juntos en Corea, y se comprendían. Y entendían lo que estaba sucediendo en el país. Entendían que el chico que en 1958 no hacía más que «hablar en voz un poco demasiado alta en el autobús» era el mismo que en 1968 se había orinado sobre la bandera.
Stephen King, El misterio de Salem’s Lot en la traducción de Marta I. Gustavino, Barcelona, Debolsillo (Best Seller, 102/6), 2018, primera parte, tres, 7, página 73.
[…] Sospecho que su teoría es una fábula bastante vieja en parapsicología: que los seres humanos producen el mal de la misma manera que producen mocos o excrementos o uñas. Que es algo que no desaparece. Más concretamente, que la casa de los Marsten puede haberse convertido en una especie de generador de perversidad, en una batería donde se recarga el mal.
Stephen King, El misterio de Salem’s Lot en la traducción de Marta I. Gustavino, Barcelona, Debolsillo (Best Seller, 102/6), 2018, segunda parte, nueve, 5, página 261.
–¿Después de anoche?
Stephen King, El misterio de Salem’s Lot en la traducción de Marta I. Gustavino, Barcelona, Debolsillo (Best Seller, 102/6), 2018, segunda parte, doce, 1, página 353.
–Lo soñé –Mark habló con voz calma, pero sus ojos eran sombríos–. Soñé que iban a las casas y llamaban por el interfono pidiendo que les dejaran entrar. Alguna gente lo sabía, en lo más hondo de sí lo sabían, pero los dejaban entrar, porque eso era más fácil que pensar que algo tan espantoso pudiera ser real.
De pronto la sangre manó a borbotones también de la nariz y la boca, en una marea en la que había algo más. Algo que en la débil luz no era más que una sugerencia, una sombra, de algo que saltaba y escapaba, castigado, expulsado. Algo que se mezcló con la oscuridad y desapareció.
Stephen King, El misterio de Salem’s Lot en la traducción de Marta I. Gustavino, Barcelona, Debolsillo (Best Seller, 102/6), 2018, tercera parte, catorce, 15, página 423.