Baila al son de una música que no es suya. Hasta 1934, piensa que los pasos que ejecuta son los buenos. Pero no sigue en absoluto el ritmo. Cree que sólo tiene que servirse de los Poderes. Pero uno no se sirve de los Poderes, sino que los sirve.
Louis Pauwels y Jacques Bergier, El retorno de los brujos en la traducción de J. Ferrer Aleu, Barcelona, Plaza y Janés, 1963, página 336.
El coronel S.S. Wolfram Sievers, que se había limitado a una defensa puramente racional, pidió, antes de entrar en la cámara en que iba a ser ahorcado, recitar unas oraciones misteriosas. Después entregó el cuello al verdugo, impasible.
Louis Pauwels y Jacques Bergier, El retorno de los brujos en la traducción de J. Ferrer Aleu, Barcelona, Plaza y Janés, 1963, página 341.